LA CASA DE TOMÁS ALLENDE
Ubicado en el número 3 de la Plaza de Canalejas, a escasos metros de la Puerta del Sol, la "Casa de Tomás Allende" se erige en la esquina con la Carrera de San Jerónimo. Este singular edificio, único en Madrid por su profusa decoración de estilo regionalista, fue proyectado por el arquitecto cántabro Leonardo Rucabado y construido entre 1916 y 1920. A la muerte repentina de Rucabado en 1918, fueron los arquitectos Ramiro Saiz Martínez y Pedro Cabello Maíz quienes lo finalizaron siendo fieles a su proyecto.
UNA ESQUINA EMBLEMÁTICA
El empresario y político Tomás Allende ordenó su construcción para uso residencial y comercial. Durante años también fue conocido como el edificio del Crédit Lyonnais, ya que ahí tuvo su sede la entidad financiera a partir de mitad del siglo XX hasta los años 90. El edificio comparte fachada con otra majestuosa construcción, Casa Meneses. Ambos armonizan magistralmente las proporciones y la ordenación de los elementos en consonancia, creando un conjunto homogéneo para la esquina de Canalejas, pero con un lenguaje propio y diferentes estilos en cada edificio.
ARQUITECTURA DEL EDIFICIO
Leonardo Rucabado fue uno de los máximos exponentes de la arquitectura regionalista de principio del siglo XX, y la Casa de Tomás Allende su obra de madurez en un alarde de exuberancia ecléctica. En ella plasma todos los principios de este movimiento nacionalista e historicista, que ahondaba en temas de la arquitectura gótica y renacentista, a la que añadía elementos reconocibles de la arquitectura popular. Tal es el caso del mirador de madera labrada que sobresale en la fachada de la Carrera de San Jerónimo, elemento típico de las construcciones cántabras, realizado en caoba cubana. O la profusa ornamentación con veneras en la fachada de ladrillo, en clara referencia a la Casa de las Conchas, de Salamanca.
EL TORREÓN CENTRAL Uno de los elementos más imponentes es el torreón que envuelve la esquina con la Carrera de San Jerónimo, decorado con hermosas cerámicas realizadas en el taller de Daniel Zuloaga. En ellas se encuentran representaciones de la más diversa naturaleza: frutas, animales exóticos, faunos, grifos, medallones con perfiles clásicos, volutas, flores… toda una iconografía repleta de referencias, muy del gusto de la época.
UN EDIFICIO ÚNICO EN MADRID La fachada del edificio destaca por la armonía entre la piedra caliza y el ladrillo rojo, con reminiscencias neomudéjares en algunas zonas. Además de las mencionadas conchas y el mirador de madera, la fachada está poblada de un sinfín de curiosos ornamentos de carácter historicista: un escudo imperial, escoltado por dos heraldos y un león, columnas jónicas estriadas y adorno de guirnaldas, cenefas, medallones y pináculos de piedra labrada, balcones corridos y de media luna con una rica rejería, remates de bronce… Tal profusión ornamental es lo que hace de la Casa de Tomás Allende un edificio espectacular y único en la arquitectura madrileña.
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*Para más información: www.casadecor.es